El estrógeno alivia los sofocos nocturnos, pero no el insomnio

Las mujeres que se despiertan por lo menos tres veces durante la noche por los sofocos ligados a la menopausia duermen mejor cuando se les indica el uso de estrógeno, aunque un estudio demuestra que la calidad del sueño sigue siendo la misma. “El tratamiento hormonal puede ser beneficioso, pero de ninguna manera se puede utilizar como un recurso farmacológico para dormir mejor”, aclaró la autora principal, doctora Kathleen Reape, vicepresidente de Asuntos Médicos y de Salud de la Mujer de Watson Pharmaceuticals.

Insomnio en la menopausiaEl tratamiento con estrógeno reduce los sofocos durante la menopausia.

En el estudio financiado por Duramed Research, ahora Teva Women’s Health R&D, el equipo de Reape evaluó el efecto de una combinación de estrógenos sintéticos en 145 mujeres que no podían dormir por los sofocos. La revista Obstetrics and Gynecology publica los resultados.

Un tercio recibió una dosis alta de estrógeno (0,625 mg por día); otro tercio utilizó una dosis baja (0,3 mg por día) y el tercio restante, una píldora similar, pero sin hormonas (placebo).

Teva Women’s Health comercializa la combinación de estrógenos con la marca Enjuvia. Cada píldora cuesta más de 2 dólares en farmacias de venta por internet.

El estudio duró casi tres meses y las participantes registraron en un diario cuántas veces se despertaban de noche, cómo dormían y si sentían somnolencia diurna.

Además, se les proporcionó un brazalete electrónico para registrar varias veces durante el estudio los movimientos de las extremidades durante el sueño.

Aunque todas las participantes se despertaron menos de noche que al inicio del estudio, el grupo tratado con la dosis alta se despertó cinco veces menos por semana y el grupo tratado con la dosis baja lo hizo cuatro veces menos que la cohorte de control.

Al final del estudio, un tercio de las usuarias de estrógeno dejó de despertarse por los sofocos nocturnos, comparado con una décima parte de las mujeres del otro grupo.

Sin embargo, la cantidad total de horas de sueño registrada por el brazalete y la calidad del sueño y la somnolencia diurna que informaron las participantes no variaron durante el estudio. Reape lo atribuyó a la gran cantidad de factores que alteran el sueño, además de los sofocos.

El doctor Quentin Regestein, profesor de la Facultad de Medicina de Harvard, quien no participó del estudio, recordó que la calidad del sueño disminuye con la edad. “La menopausia impone un deterioro del sueño que varía enormemente entre las mujeres”, dijo.

Ayudar a las personas a mantener el sueño reduce la ansiedad. “Lo peor no es el despertar en sí, sino las consecuencias que provoca”, agregó.

Reape comentó que muchas participantes no estaban preocupadas por los trastornos del sueño o la somnolencia diurna al inicio del estudio, por lo que sería muy útil estudiar a las mujeres con problemas de sueño.

También consideró importante que las mujeres conversen con sus médicos sobre los beneficios y los riesgos asociados con el uso de la terapia hormonal para tratar los sofocos.

Según estudios previos, ciertas terapias hormonales (hay varias disponibles en el mercado) elevan el riesgo de tener un infarto cerebral u otros problemas. Asimismo, el estrógeno puede tener efectos adversos, como el aumento de peso, la sensibilidad mamaria y las molestias estomacales.