Había una vez, si, así se cuenta, como los cuentos, así que no se extrañen porque así también comienzan las historias de la vida real. Una nena que jugaba con las muñecas a ser mamá.
Cambiaba pañales, daba mamaderas, chupetes y mecía hasta dormir el sueño de juguete en una cuna que columpiaba como si fuera de verdad. Hasta que la vida reclamó su atención en otra parte y en otras cosas y hasta la muñeca de trapo más querida fue a parar a un cajón.