Para comenzar a ser líder, hay que querer serlo  y disponer  la mente y todo tu cuerpo para serlo. No porque las circunstancias denoten que eres líder tiene que ser así, un nivel jerárquico tampoco lo es; es decir, un padre de familia será el padre y no por ello se convierte en el líder; de igual forma en una organización, la posición, el estatus que se ocupe dentro de ella no da el privilegio, el derecho o la autonomía para ser líder.

En las empresas, es fácil confundir la palabra líder y jefe; sin embargo, el papel que se juega con los trabajadores y la conducta hacen la diferencia, mientras el liderazgo lo ejerce cualquier persona con independencia del puesto que ocupe, el jefe es el que ocupa un puesto jerárquico más elevado; el jefe da órdenes mientras que el líder no tiene autoridad jerárquica para hacerlo pero sus opiniones, indicaciones o planteamientos serán aceptados por el resto de la organización.

Por eso, si ha decidido ser líder, sabiendo ¿A dónde va? ¿Con qué recursos cuenta? ¿De qué se aleja? ¿A que se acerca? ¿Conoce el territorio? Hay que poner todo el corazón, lo cual significa desarrollar aprecio por quién eres y reconocer tus propias fuerzas y cualidades.  Es usted una persona  importante y un individuo único con muchas habilidades y versatilidad. Ante situaciones difíciles descubre tu espina dorsal que te permita tener éxito; manifiesta tu coraje estableciendo metas y mostrando determinación para alcanzarlas.

Como parte de un programa para el éxito, es importante preocuparte por tu salud para tener la vitalidad de cumplir tus metas.

Establece tus metas por escrito, el acto físico de poner en un papel varios conceptos, estrategias y guías hace que éstas se refuercen en tu mente.

Un líder exitoso, toma la responsabilidad en sus hombros, a pesar de los problemas que puedan presentarse, ningún líder se hace a un lado y espera a que alguien más asuma la responsabilidad o resuelva la situación. La gente se siente motivada por líderes justos  pero decisivos que están a cargo de una situación.

Finalmente, piénsalo, dentro de ti tienes recursos para lograr aun esas metas que parecen inalcanzables. No hay duda que la mente y el cuerpo están interrelacionados y que el estado mental de un individuo determina sus habilidades físicas. Esta extraordinaria combinación puede llevar a una actitud positiva, la cual conduce al éxito.

Si decides que puedes o no hacer algo, tienes razón.

Fuente: ArticuloZ.com