Para comenzar a ser líder, hay que querer serlo  y disponer  la mente y todo tu cuerpo para serlo. No porque las circunstancias denoten que eres líder tiene que ser así, un nivel jerárquico tampoco lo es; es decir, un padre de familia será el padre y no por ello se convierte en el líder; de igual forma en una organización, la posición, el estatus que se ocupe dentro de ella no da el privilegio, el derecho o la autonomía para ser líder.