Resfriado, Gripe e Influenza

Resfriado común

Aunque es una de las enfermedades más comunes, a nadie le agrada sufrir los molestos síntomas del resfriado o ver a sus hijos y familiares padecer a causa de flujo nasal, estornudos, molestias en garganta y fatiga. Lo cierto es que la mejor manera de evitar este mal es la prevención, por lo que presentamos algunos consejos de utilidad.

InfluenzaEl resfriado es una enfermedad que puede ser ocasionada por más de 200 tipos de virus, siendo más frecuentes los grupos rhinovirus y coronavirus; sus síntomas más característicos, los estornudos, se deben a que estos agentes invasores se alojan en las membranas que recubren nariz y garganta (mucosas), generando inflamación e irritación.

Aunque este padecimiento se presenta a lo largo de todo el año, se puede observar con mayor frecuencia durante otoño e invierno, hecho que puede atribuirse a dos factores; primero, porque el frío disminuye la capacidad para expulsar el moco de los senos paranasales (cavidades interiores del cráneo), de modo que la falta de drenado facilita a los microorganismos la invasión de nariz y parte alta de la tráquea; por otro lado, en esta temporada la gente permanece más tiempo en lugares públicos y cerrados, de modo que es más fácil que una persona enferma contagie a otros.

Lo cierto es que el resfriado común o catarro es una de las enfermedades más frecuentes, y es posible que se trate del padecimiento que origina más consultas al médico, además de mayor número de ausencias en la escuela o trabajo. Sus síntomas son:

  • Flujo y congestión de la nariz.
  • Comezón y cosquilleo en la garganta.
  • Estornudos.
  • Ojos llorosos.
  • Fiebre leve (febrícula).
  • Dolor de garganta.
  • Tos seca y leve.
  • Cansancio.
  • Huesos y músculos doloridos.
  • Dolor de cabeza.
  • Escalofríos.
  • Secreciones nasales acuosas que después se espesan y se vuelven amarillentas o verdosas.

Para evitar el contagio del resfriado común

Por el momento no existen medicamentos que eliminen a los virus, pero sí hay forma de aminorar los síntomas del catarro y, ante todo, hay hábitos de higiene que previenen su aparición; es muy conveniente que los padres o personas adultas los enseñen a los menores, a través del ejemplo, a fin de beneficiar la salud familiar.

El resfriado común se propaga con facilidad, sobre todo a través de las gotitas que una persona infectada lanza al aire cuando tose o estornuda y que después son inhaladas por otro individuo; por ello, en principio se aconseja evitar el contacto cercano con gente que padezca esta enfermedad, sobre todo durante los primeros días, cuando el peligro de contagio es mayor.

Asimismo, se recomienda que cuando se esté cerca de alguien enfermo, niños y personas sanas en general no se deben tocar la nariz ni frotar los ojos, ya que al saludar o interactuar con el enfermo podrían contaminarse con el virus. De ahí que algunos especialistas recomiendan que para evitar el catarro es conveniente lavarse las manos con frecuencia, principalmente si se sujetan objetos que algún enfermo ha tocado; tómese en cuenta que algunas investigaciones han demostrado que los rhinovirus pueden sobrevivir hasta tres horas fuera de la mucosa nasal.

Por su parte, las personas resfriadas deben poner de su parte y toser o estornudar cubriendo su boca y nariz con un pañuelo desechable; acto seguido, deberán lavarse las manos de inmediato. Es muy recomendable que si un niño llega a enfermar aprenda estas medidas, a fin de lograr que sus hermanos y compañeros de escuela no se contagien.

Otras causas de contagio son la falta de ventilación en habitaciones, contaminación ambiental y humedad en lugares cerrados debido a filtraciones y goteras. Aunque estos problemas no ocasionan directamente la enfermedad, sí favorecen que el contagio del virus sea más fácil, ya que irritan las mucosas y disminuyen la eficacia del sistema de defensas del organismo.

Para evitar catarro por estas causas recomendamos adoptar las siguientes medidas:

  • Seguir dieta equilibrada, en la que se incluyan alimentos ricos en vitamina C (limón, guayaba, naranja, kiwi), a fin de fortalecer al sistema inmunológico.
  • Beber agua en cantidades adecuadas (dos litros al día), pues el vital líquido ayuda a mantener en condiciones adecuadas a las mucosas.
  • Conservar higiene óptima en el hogar, ventilar diariamente las habitaciones y evitar ambientes con humo de cigarro.
  • Tapar filtraciones del techo, paredes, puertas y ventanas, de modo que no se permita el paso a ambiente frío y humedad.
  • Utilizar estufas eléctricas o de gas para no favorecer la contaminación ambiental dentro del hogar; se evitarán los artículos que funcionen con petróleo y no se encenderán chimeneas.
  • No asistir a lugares cerrados transitados (supermercados o cines).
  • En las escuelas los niños deben salir al recreo y se debe aprovechar ese momento para ventilar las aulas.
  • Evitar abrigo excesivo en lugares con calefacción, a fin de no exponerse a cambios bruscos de temperatura al salir.
  • Cubrirse adecuadamente al salir a la intemperie y asistir a lugares muy contaminados sólo en caso necesario.

Recuerde que es muy importante que los niños conozcan estas medidas, ya que su sistema inmunológico todavía no es tan resistente como el de los mayores; como muestra, diremos que a través de varios estudios se ha determinado que un niño padece de 6 a 10 resfriados al año, mientras que los adultos suelen padecer 2 a 4 en idéntico lapso.

Para los contagiados

En la actualidad no existe ningún medicamento que cure o reduzca la duración del resfriado común; sin embargo, existen tratamientos que pueden contribuir a aliviar los síntomas:

  • Uso de medicamentos de venta libre para aminorar la congestión nasal (descongestivos), contra el dolor de cabeza (analgésicos), fiebre (antipiréticos) o tos (antitusivos).
  • En caso de flujo nasal, son de utilidad los antigripales con antihistamínicos, ya que disminuyen la secreción de moco.
  • El descanso es ampliamente recomendable en estos casos.
  • Se debe aumentar la cantidad de líquidos ingeridos.
  • Realizar gárgaras con agua tibia y salada par aliviar molestias. También es muy útil tener adecuada higiene bucal.
  • Uso de vaselina para labios o nariz enrojecidos y con grietas.
  • Debido a que los resfriados son causados por virus, los antibióticos no son eficaces.

Todo caso de catarro debe ser consultado al médico general o al otorrinolaringólogo, más aún si se presenta con complicaciones, como dolor de oídos y pérdida parcial de la audición, inflamación considerable de ganglios (tejidos en los que se forman y almacenan anticuerpos, algunos de los cuales se encuentran en la parte superior del cuello, bajo la mandíbula), tos con muchas flemas, congestión excesiva y dolor de cabeza a causa de infecciones de los senos paranasales (sinusitis), ya que pueden necesitar tratamiento distinto.

Gripe

Es una infección común en las vías respiratorias y la garganta causada por un virus. Es mucho más intensa que un resfriado, y se caracteriza por escurrimiento nasal, tos, dolor de garganta, estornudos, fiebre y/o dolor en las articulaciones.

  • El agente causante de la gripe es un virus.
  • Su persistencia se debe a que los microorganismos que la provocan son inestables, es decir, varían su estructura con frecuencia, dando lugar a otros nuevos.
  • Se deben tomar medidas preventivas cuando se tiene trato directo con una persona enferma de gripe, pues el contagio se produce al inhalar las pequeñas gotas provenientes de la tos y los estornudos, o bien, al entrar en contacto con sus secreciones.
  • Los viajes favorecen el intercambio de nuevas formas de virus.
  • Los cambios bruscos de temperatura, especialmente en invierno, propician su desarrollo.

Síntomas

  • En general, se manifiestan con trastornos en las vías respiratorias: nariz, faringe, laringe, tráquea y bronquios.
  • En su etapa de incubación (cuando el virus entra al organismo y empieza a reproducirse) aparecen escalofríos, malestar general, vértigo, dolor de cabeza, ojos llorosos, dolores musculares y fiebre.
  • Durante la fase de manifestación, el enfermo se encuentra cansado, la faringe arde y se encuentra enrojecida; asimismo, se presentan dolor de cabeza, catarro, tos seca, taquicardia, nauseas, secreción nasal, lagrimeo y voz ronca.
  • Conforme transcurren los días, los síntomas desaparecen poco a poco hasta llegar a la fase de simple resfriado.

Diagnóstico

  • Es fácil de establecer si se presentan los síntomas antes descritos o si es parte de una epidemia.
  • En casos aislados requiere diagnóstico médico para que no se confunda con otras enfermedades.
  • Se diferencia del catarro común porque es un padecimiento más intenso y presenta fiebre y tos.

Prevención

  • Protegerse del frío sin cubrirse excesivamente para no llegar a sudar.
  • Alimentarse correctamente, incluyendo verduras y frutas, especialmente cítricos.
  • Los complementos alimenticios y vitamínicos de venta libre que contienen vitamina C ayudan a fortalecer al sistema inmunológico (aquél que nos protege del ataque de virus y bacterias).
  • Evitar los cambios bruscos de temperatura.
  • En época de epidemia se aconseja no asistir a lugares muy concurridos.
  • Quienes atienden a los enfermos deben poner especial atención en su higiene personal, procurando lavarse boca y garganta con un antiséptico.
  • En caso de epidemia, el médico podrá indicar la aplicación de algún tipo de vacuna.

Tratamiento

  • Reposo absoluto y dieta ligera, con muchos líquidos para compensar las pérdidas por sudoración.
  • Para aliviar los principales síntomas se puede recurrir a medicinas de venta libre como los antipiréticos (que reducen la fiebre), analgésicos (que combaten el dolor) o bien, antihistamínicos (cuando la enfermedad se relaciona con alergias).
  • La tos puede lastimar la garganta, por lo que se recomienda tomar medicamentos de libre acceso (antitusivos y expectorantes) que alivien este malestar.
  • La gripe no es en sí misma una enfermedad peligrosa, pero descuidar su tratamiento puede generar complicaciones del aparato respiratorio, como pulmonía o bronconeumonía.
  • La limpieza de la nariz debe realizarse sin brusquedad, pues puede producirse sinusitis.

Influenza

Un virus es el causante de una enfermedad llamada influenza, que tiene síntomas similares a los del resfriado o gripe común, por lo que puede llegar a confundirse. Sin embargo, es más severa, y si no se tienen cuidados culmina con la muerte.

Durante el invierno es común que se vean afectadas las vías respiratorias, debido a las bajas temperaturas y a la proliferación de gran cantidad de virus. En particular, uno de estos dañinos microorganismos se dirige a bronquios y pulmones, dando origen a la llamada influenza (“flu” en países sajones), que puede complicar la salud de quien la padece.

La presencia de esta enfermedad se extiende en el hemisferio Norte (en el que se ubican México y Estados Unidos) de noviembre a marzo o abril de cada año, aunque no es nada raro que se presente en cualquier otra época. En tanto, en el hemisferio Sur (Australia y Suramérica) aparece con mayor frecuencia entre abril y septiembre.

El virus del flu, llamado Myxovirus influenzae, es transmitido de manera indirecta al ser humano: el agente infeccioso reside en los intestinos de las aves, sobre todo en las acuáticas (patos, por ejemplo), de manera que cuando su excremento entra en contacto con el ambiente se aloja en otros animales que a su vez lo transmiten al hombre. Quienes son más susceptibles de padecer su embate son los bebés menores a 1 año, jóvenes entre 15 y 24, y adultos mayores de 45, al igual que individuos que han sufrido asma, bronquitis o enfisema, y aquellos cuyo sistema inmunológico se encuentra debilitado.

Las apariencias engañan
La influenza puede presentar en primera instancia los mismos síntomas que un resfriado o catarro, pero al paso de las horas la fiebre y los dolores de cabeza, muscular y de pecho se hacen más intensos, además de que hay debilidad y agotamiento que pueden durar hasta tres semanas. Un rasgo distintivo de este padecimiento es que no siempre hay flujo nasal, estornudos o dolor de garganta, como sucede en el resfriado común.

Aproximadamente al quinto día de sufrir la enfermedad se registra leve mejoría, aunque el agotamiento se extiende durante una semana más. Este periodo es también el más contagioso, por lo que se debe evitar tener contacto con el enfermo.

La influenza se transmite fácilmente a través de estornudos o tos, al hablar o por contacto directo al saludar o besar a un enfermo. El virus se introduce por nariz o boca, se aloja en las vías respiratorias y destruye las células ahí localizadas para poder multiplicarse, acción que favorece la actividad de ciertas bacterias, causantes de los malestares de un resfriado, por lo que es común autoprescribirse analgésicos que aminoren las molestias. El microorganismo puede llegar hasta los bronquios, lo que puede originar fiebre, tos seca y, posteriormente, bronquitis y neumonía. Es importante señalar que, en casos extremos, si el número de glóbulos blancos disminuye notablemente por causa del ataque del virus, puede traer otro tipo de consecuencias, como leucemia.

Vacuna contra influenza

Algunos estudiosos de la historia de la Medicina ubican los primeros indicios de influenza hace más de mil años. Sin embargo, en 1918 se suscitó una epidemia de esta afección (tal vez la más devastadora) en Europa, que condujo a la muerte a más de 20 millones de personas. Tras esta situación de emergencia, los biólogos de ese tiempo lograron aislar el virus -al que nombraron Myxovirus influenzae-, para realizar experimentos y tratar de obtener una vacuna, lo cual se consiguió en la década de los 40, gracias al trabajo del biólogo británico Frank McFarlane, quien investigó distintas cepas del microorganismo obtenidas de huevos de gallina, pues era sabido ya que en las aves está el origen del virus. Es así que se reconoce al inglés como el precursor de las vacunas que todavía hoy se aplican para prevenir la influenza.

Las primeras pruebas con humanos se hicieron en 1943, en plena Primera Guerra Mundial, y desde entonces se ha dado seguimiento a los estudios, ya que pese a clasificar el virus en tres categorías (A, B y C de acuerdo al grado de peligrosidad), los investigadores han identificado que se modifica constantemente y encuentra nuevas formas de atacar.

Investigadores de la Organización Mundial de la Salud (OMS) efectúan año tras año un rastreo de las cepas, iniciando el muestreo en China, pues creen que es en ese país donde surgen las epidemias de influenza. De allí se extienden al resto de Asia, siguen por Norteamérica, Europa y finalmente América del Sur, Australia y Nueva Zelanda.

Si no conocía las características de esta enfermedad tome sus precauciones a partir de esta temporada, busqué la ayuda del médico y pregúntele sobre la vacuna contra este peligroso mal que, como ya se vio, puede disfrazarse de insignificante resfriado.