Colitis y su tratamiento

Colitis es la inflamación de la mucosa del colon (zona final del intestino grueso que se conecta con el recto) que se manifiesta con diarrea, heces acompañadas de sangre y dolor abdominal intenso. Puede ser de distintos tipos, dependiendo de su origen.

Colitis tratamiento

Colitis ulcerosa.

Es una enfermedad de tipo crónico que se caracteriza por la inflamación y presencia de heridas o úlceras en la pared interior del colon, y cuyos síntomas son diarrea con sangre, intenso dolor abdominal y fiebre. Su causa es desconocida en gran mayoría de los casos, aunque en algunos se ha establecido su origen hereditario. Puede comenzar a cualquier edad, pero generalmente ocurre entre los 15 y 30 años.

Colitis tóxica.

Es una complicación grave de colitis ulcerosa en la que se daña la totalidad de la pared intestinal, lo cual provoca que los tejidos del colon pierdan fuerza (tono muscular) y se ensanchen en el transcurso de algunas horas o días.

Colitis asociada al uso de medicamentos.

El consumo de vitamina C (ácido ascórbico), suplementos de hierro y antiinflamatorios no esteroideos como el ácido acetilsalicílico puede generar irritación en la mucosa del colon y, por ende, su inflamación. Sin embargo, es más común que este problema sea generado por el uso de antibióticos (colitis seudomembranosa o necrosante), ya que casi todos estos productos alteran el equilibrio entre las bacterias que se encuentran en el intestino, permitiendo la reproducción de microorganismos causantes de enfermedades como la bacteria Clostridium difficile.

Colitis hemorrágica.

Es ocasionada por una variedad de bacteria, Escherichia coli, que infecta al intestino grueso y produce toxinas que causan diarrea con sangre, así como dolor abdominal intenso.

Colitis nerviosa.

Puede aparecer cuando se viven situaciones de estrés y nerviosismo con frecuencia, debido a que estos trastornos emocionales producen contracciones en músculos del intestino grueso, aumento de sensibilidad ante la presencia de gas y movimientos del sistema digestivo. Todo esto en conjunto produce dolor abdominal tipo cólico y diarrea o estreñimiento.

Colitis granulomatosa.

Se debe a raro padecimiento autoinmune (cuando el sistema de defensas del organismo ataca a sus propios tejidos) conocido como enfermedad de Crohn o enteritis regional; ocasiona diarrea, fiebre y sangrado rectal, y es tan similar a la colitis ulcerativa que puede ser difícil distinguirlas al hacer el diagnóstico. Aunque por lo regular afecta al íleon (parte donde se encuentran los intestinos grueso y delgado) puede involucrar a cualquier sitio del sistema digestivo, e incluso generar fatiga, dolores articulares y erupciones cutáneas.

Causas de la colitis

  • El colon puede irritarse debido a alteraciones causadas por microorganismos que habitan en él de manera natural y participan en el proceso digestivo.
  • Algunos medicamentos lastiman la mucosa del intestino.
  • Consumo de grasas animales, leche y sus derivados, comidas picantes y azúcares también puede ocasionar notables desórdenes.
  • El funcionamiento intestinal es alterado por la presencia de parásitos como amebas (Entamoeba histolytica), bacterias (Campylobacter, Salmonella typhi, Shigella y Escherichia coli) y, con menor frecuencia, virus.
  • Mal manejo de estrés y nerviosismo son responsables de muchos trastornos digestivos.

Síntomas de la colitis

  • Diarrea.
  • En casos raros hay estreñimiento.
  • Inflamación en el recto.
  • Dolor abdominal, acompañado de calambres, a causa de contracciones intestinales producidas por la inflamación.
  • Fiebre, fatiga, pérdida de apetito y peso.
  • Debilidad.
  • Gases intestinales.

Diagnóstico de la colitis

  • El médico gastroenterólogo requiere el historial clínico del paciente y la práctica de un examen físico detallado.
  • Por lo general se debe realizar un análisis de sangre para determinar el nivel de glóbulos blancos (encargados de defender al organismo de virus y bacterias), pues cuando éste es elevado revela la presencia de ciertos microorganismos en los intestinos.
  • Otra prueba habitual es el examen de heces, el cual sirve para reconocer la presencia de amebas o parásitos.
  • Uno de los métodos más eficaces para conocer la magnitud de los daños es la colonoscopía, estudio realizado mediante un tubo de fibra óptica (endoscopio) que se introduce por el recto y que permite captar imágenes del interior del colon. También permite obtener muestras de tejido que pueden ser analizadas en laboratorio.
  • Las radiografías de abdomen también son útiles, pues ayudan a apreciar el estado físico de la zona afectada.

Prevenciónn de la colitis

  • Se recomienda incrementar la ingesta de frutas, verduras, cereales integrales (con cascarilla) hortalizas y té verde, ya que mantienen en buenas condiciones al aparato digestivo.
  • Moderar el consumo de grasas, productos derivados de la leche e irritantes del aparato digestivo, como café, cigarro, picante y bebidas gaseosas.
  • Beber al menos 8 vasos de agua al día (2 litros) mejora el funcionamiento intestinal en forma notable.
  • Reducir los niveles de ansiedad y estrés evita la aparición de colitis nerviosa, por lo que las personas aprehensivas pueden recurrir a técnicas de autorrelajación, practica deportiva constante y uso de tranquilizantes naturales e infusiones de hierbas.
  • No ingerir alimentos en la calle o lugares con higiene deficiente, a fin de evitar el contagio de bacterias y parásitos perjudiciales.

Tratamiento de la colitis

  • Debe ingerirse gran cantidad de líquidos para reponer los que se han perdido, así como mantener dieta blanda basada en vegetales, frutas, jugos y carnes blancas.
  • Se prohíben vegetales crudos (cebolla, col, coliflor, pimiento, lechuga y rábano), carnes rojas o con mucha grasa, legumbres (chícharo, lenteja, haba, garbanzo y frijol), papas fritas, mayonesa, aceite, salsas picantes, condimentos, bebidas alcohólicas, café, chocolate y lácteos, ya que dificultan la digestión e irritan la mucosa intestinal.
  • El reposo también es muy importante para la recuperación del paciente.
  • En caso de colitis ulcerosa, el gastroenterólogo puede recetar analgésicos como paracetamol o ibuprofeno, así como sulfasalazina que no genera irritación en el tracto digestivo. Ocasionalmente se recomienda el uso de antidiarreicos.
  • Cuando la colitis es provocada por amebas y parásitos, se recomienda tomar un antiamebiano o antihelmíntico para eliminarlos.
  • Las infecciones generadas por bacterias deben ser controladas a través del uso de antibióticos prescritos por el médico gastroenterólogo.
  • La enfermedad de Crohn, responsable de colitis granulomatosa, se controla con el uso de antiinflamatorios corticoides o esteroideos (derivados de la cortisona) e inmunomoduladores, es decir, fármacos que reducen la inflamación y la agresividad del sistema de defensas del organismo.
  • Si la colitis se debe al uso de antibióticos, el paciente debe acudir de inmediato al médico que los recetó para estudiar la posibilidad de interrumpir su administración.
  • La colitis nerviosa mejora notablemente cuando el individuo aprende a manejar adecuadamente estrés y ansiedad. Puede ser útil la ayuda de un psicoterapeuta.
  • En ocasiones se aconseja el consumo de complementos alimenticios que ayuden a la recuperación de problemas como debilitamiento y anemia, ocasionados por las hemorragias o mal absorción.
  • Asimismo, se recomienda emplear medicamentos que restauren el equilibrio de las bacterias que habitan el sistema digestivo (flora intestinal).
  • Muchos individuos con colitis presentan complicaciones severas, como perforación en la pared intestinal o hemorragias difíciles de controlar, y otros tantos no responden adecuadamente al tratamiento, por lo que se deben someter a intervención quirúrgica que elimine las partes dañadas del tracto digestivo.

Antes de tomar cualquier medicamento es mejor consultar con tú Médico.