Riesgos de la depilación permanente

Efecto espectacular, piel suave y molestias mínimas son ventajas que ofrece la depilación permanente o definitiva, la cual se realiza mediante dos procedimientos: láser y luz pulsada. Lo importante es que acuda al lugar adecuado y sea atendida por manos expertas para evitar lesiones.

altCon frecuencia, si alguien quiere lucir un cuerpo libre de vello recurre a diversas técnicas, mismas que incluyen uso de rastrillo, cremas y cera especial; sin embargo, se trata de métodos temporales. Ante ello, se han impuesto las tecnologías láser y de luz pulsada, mediante las cuales se logra depilación permanente en 4 a 8 sesiones.

Sin embargo, debido al auge que han tenido estos sistemas, no faltan los establecimientos de moda que sólo los emplean como negocio y no como procedimiento profesional. Por lo tanto, los dueños no son médicos, el personal no cumple con la preparación adecuada, y lo más grave es que llegan a generar lesiones importantes en la piel de las personas que ahí acuden, a quienes al momento de pagar les hacen firmar un documento en el que la empresa se deslinda de lo que pueda ocurrir tras la aplicación del tratamiento.

“A nivel mundial, los equipos láser y de luz pulsada se consideran de tipo médico, por lo que algunos de ellos están clasificados sólo para que el facultativo los utilice, mientras que en otros él sólo supervisa su adecuada utilización por personal experto; entre estos últimos se encuentran los que se emplean para realizar depilación permanente. Sin embargo, pese a tener este conocimiento, en México no hay una reglamentación, en consecuencia, hay centros de depilado que están generando problemas y tienen muchas demandas en contra”, refiere el Dr. Ramón Rosado Castro, cirujano plástico certificado por la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva, y director médico de las Clínicas Depilight.

ProcedimientoLos láseres aparecieron en la década de 1980, pero fue hasta 1997 que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) autorizó el uso de los equipos para depilación basados en esta tecnología. Tan sólo un año después, el Dr. Rosado Castro los introdujo en México, razón por la cual se le considera pionero en la materia.

Por su parte, Gesche Rosado, directora general de las clínicas Depilight, refiere que “el principio de la depilación permanente o definitiva es destruir los folículos pilosos para que dejen de producir vello. Para ello, contamos con equipos láser y de luz pulsada”.

De acuerdo con los entrevistados, ambas unidades pueden hacer el mismo trabajo, cuyo fundamento radica en que los dos tipos de luces tienen la capacidad de reconocer una sustancia presente en nuestro organismo, llamada cromófero o tejido blanco. Esto significa que la luz va a ser capaz de reaccionar con ella sin dañar la piel de alrededor.

“Ahora bien, como el vello que recubre el cuerpo tiene color, cuando la luz entra en contacto con el pigmento generar calor, el cual va a viajar por el pelo hasta llegar al fondo del folículo. Aquí se encuentran las células que hacen crecer la vellosidad, y el objetivo es destruirlas mediante acción térmica”, explica el especialista. Y añade que, por lo antes expuesto, el procedimiento no es viable en vello blanco, rubio o rojo.

Desafortunadamente, en un mismo momento el vello del cuerpo se encuentra en diferentes fases de crecimiento, como si se tratara de un mosaico. Esta es la razón por la cual se requieren varias sesiones dependiendo del área y de la reacción individual de cada paciente al tratamiento para obtener un buen resultado. Esas etapas son:

  • Anágena invisible. Es cuando el vello apenas está creciendo, pero no se asoma a la superficie de la piel.
  • Anágena visible. El vello es visible y el conducto por el que sale está abierto. Aquí es cuando la luz puede viajar por el pelo y concentrarse en el fondo, es decir, donde están las células que se van a destruir.
  • Telógena visible. El vello logra apreciarse, pero está separado de la matriz y el conducto se encuentra cerrado. En esta fase, sólo se quema el pelo y se cae, pero debido a que no se logra calentar lo suficiente la zona, vuelve a crecer.
  • Telógena invisible. Es la etapa de reposo, es decir, donde no hay vello, pero sigue el folículo en descanso.

“Si en un mismo momento todos los vellitos se encontraran en la misma fase, sería fantástico porque sólo requeriríamos una sesión; no obstante, como ello no ocurre necesitamos entre 4 y 8 sesiones”, enfatiza Gesche Rosado.

Diferencias

Hasta este momento podemos ver que tanto el láser como la luz pulsada tienen un funcionamiento prácticamente idéntico. Sin embargo, tienen ciertas diferencias; por ejemplo, el primero funciona de manera más directa sobre la piel e ingresa al folículo, mientras que la segunda se emite en forma esparcida, como el flash de una cámara fotográfica.

El láser es muy efectivo para eliminar el pelo grueso, pero tiene sus limitaciones cuando se llega a las fases finales del tratamiento, pues el vello restante se torna muy fino y de un color ligeramente más claro.

Debido a que la luz pulsada posee característica llamada longitudes de onda, es posible escoger parámetros específicos que puedan atacar, al mismo tiempo, al vellito más fino y claro sin dañar la piel. En cambio, en las clínicas en donde sólo se usa el láser, no les queda otra alternativa que incrementar la potencia, con lo cual no se tienen resultados, pero sí riesgo de quemaduras.

Al solicitar el tratamiento

Un punto muy importante a tomar en cuenta al decidirse por la depilación permanente es la forma en que le atiendan en la clínica. A fin de tener un panorama completo, el Dr. Rosado Castro y Gesche Rosado refieren cuáles son los pasos habituales a seguir durante la terapia:

  • Primero, el especialista deben darle al paciente información verídica sobre el procedimiento, número de sesiones, secuencia que se va a seguir y cuidados (antes, durante y después del tratamiento).
  • Luego explica las diferentes fases que componen el ciclo del crecimiento del vello.
  • Muestra que en cada cuarto de tratamiento hay letreros que informan que es responsabilidad del paciente informar si se ha expuesto al Sol.
  • A continuación, se elabora historia clínica, mediante la cual se obtiene información sobre si el paciente tiene alguna alergia, su piel ha sido lastimada por tratamientos previos o toma anticonceptivos desde hace tiempo.
  • Se insiste en la importancia del uso del filtro solar mientras la terapia se lleve a cabo.
  • La información se da por escrito y, una vez que se despejan todas las dudas, el paciente autoriza la realización del tratamiento mediante la firma de un documento (consentimiento informado).
  • Posteriormente, se evalúa la piel para constatar que no tenga algún problema visible.
  • Luego de ello, se preparan las máquinas con la intensidad que se requiera, ya que todo tratamiento es individualizado.
  • Al pasar el láser o la luz pulsada, la persona llega a sentir ligero pinchazo, “ligazo” o calor.
  • Las sesiones se realizan, aproximadamente, cada ocho semanas, lo que permite observar el vello que ha crecido para evaluar la evolución del procedimiento.
  • Desde el principio se toman fotografías para hacer comparaciones posteriores con cada paciente.

Como puede ver, se trata de un tratamiento eficaz, siempre y cuando se practique en lugares adecuados y por manos expertas, donde le den trato de paciente y no de cliente.

Fuente: Salud y medicina