Para que la dieta sea equilibrada

Para que la dieta sea equilibrada es necesario que esté formada por los alimentos que aportan una cantidad adecuada de todos y cada uno de los nutrientes que necesitamos para tener una salud óptima. La dieta ha de ser variada consumiendo sobre todo productos frescos y de temporada. Sin darnos cuenta hemos ido abandonando los buenos hábitos alimenticios con el detrimento hacia nuestra salud.

Dieta equilibradaLa alimentación debe:

  • Aportar una cantidad de nutrientes energéticos (calorías) que sean suficientes para llevar acabo los procesos metabólicos y de trabajo físico necesario.
  • Suministrar suficientes nutrientes con funciones plásticas y reguladoras (proteínas, minerales y vitaminas) que no falten, pero tampoco sobren.
  • Que las cantidades de cada uno de los nutrientes estén equilibradas entre sí. Esto es: Las proteínas debe suponer 15% del aporte calórico total.
  • Los glúcidos (carbohidratos) nos aportan al menos 55 o 60 por ciento del aporte calórico total.
  • Los lípidos (grasas) no sobrepasan 30 por ciento de las calorías totales ingeridas.

Para una dieta equilibrada.

  • No comer carne roja más de una vez al día, alternar con pollo o pavo. Es preferible comer más pescado. Evitar en lo posible el embutido y carnes preparadas. De huevo lo más aconsejable es de dos a tres semanales.
  • Disminuir el consumo de productos lácteos, sobre todo los grasos como mantequilla, cremas y helados.  El yogur, el requesón y la leche descremada son los mejores.
  • Las legumbres también han de formar parte de nuestra dieta. Dos raciones a la semana, y de ser posible, de variedades distintas, como garbanzos, judías o lentejas (una ración de 150 gr aproximadamente).
  • Las frutas y verduras deben de ser abundantes en nuestra dieta, tanto crudas como ligeramente cocidas, porque la cocción prolongada destruye las esenciales vitaminas. Suplementación de vitamina C, carotenos, hidratos de carbono, fibra, ácido fólico y sales minerales son imprescindibles para nuestro organismo.
  • Reducir el consumo de productos de derivados de harina, sobre todo lo industrial, y pastelería. Como postre o entre horas es mejor la fruta fresca o los dulces. La cocción de los alimentos debe ser preferiblemente asada, hervida o al horno.
  • Además, hay que tener en cuenta que las diferentes etapas del crecimiento, el hombre tiene que adaptar su dieta a las necesidades de su organismo. En la infancia se necesitan una cantidad de calorías distintas de las necesarias en la edad adulta o en la vejez. Cada fase de nuestro desarrollo tiene sus prioridades alimenticias propias que hay que conocer para que no se produzcan enfermedades como la desnutrición o la osteoporosis.